Celebramos la entrada en vigor de los incentivos al empleo de personas con discapacidad intelectual límite

La Fundación A LA PAR celebra la reciente aprobación en Consejo de Ministros y a instancias del Ministerio de Trabajo y Derechos Sociales, del Real Decreto que persigue incentivar la contratación de las personas con capacidad intelectual límite. Una iniciativa que pondrá a disposición de empleadores, ayudas directas de hasta 2.000 euros por trabajador contratado de forma indefinida y a tiempo completo.

Este Real Decreto promueve el acceso al empleo ordinario a las personas con capacidad intelectual límite, esto es, que con al menos un 20% de discapacidad no alcanzan el 33% bajo el paraguas de la Ley General de derechos de Personas con Discapacidad y su Inclusión social (LGPDI); esto es, se encontraban hasta la fecha en clara desventaja como demandantes de empleo respecto del resto de profesionales – con o sin discapacidad intelectual- al no entrar en el rango de protección previsto en la mencionada norma y que arranca en ese 33% de discapacidad.

 Desde el 1 de junio, y tras la aprobación del RD 368/2021 de 25 de mayo que adapta la norma a la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad, su contratación en el mercado laboral ordinario también gozará de incentivos.

 Un Real Decreto que es resultado de una larga reivindicación colectiva de las entidades del sector, impulsadas por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).

Desde A LA PAR aplaudimos esta iniciativa, que en palabras de Almudena Martorell: “está en las coordenadas de nuestra propia tradición y práctica fundacional” ya que busca “favorecer una participación real y natural de las personas con discapacidad intelectual en la sociedad y en el mercado laboral ordinario así como la progresiva eliminación de barreras u otras condiciones discriminatorias” que dejen en desamparo a un porcentaje de personas con discapacidad. “Una situación que- subraya Almudena– urge revertir entre todos, máxime en el actual contexto de crisis económica, ya que incrementa el riesgo de exclusión social de las personas con capacidad intelectual límite.”

 

En España, hay más de 60 mil personas con capacidad intelectual límite de las que casi un 40% son mujeres* (según estudio elaborado por Plena Inclusión en 2015). Si tenemos en cuenta que el desempleo en nuestro país se ceba especialmente con las mujeres –alerta Almudena– “no combatir esta circunstancia las hace vulnerables por partida triple: por su razón de sexo, por su discapacidad intelectual y – sí,  aquí está la gran paradoja- por no alcanzar ese rango del 33% que sí está bajo el paraguas de los derechos reconocidos en la LGPD.

Todo ello por no recalar en el hecho de son todavía muchas las empresas que siguen incumpliendo la cuota de Ley General de las Personas con Discapacidad que conmina a aquellas con una plantilla de más de 50 trabajadores a reservar un 2% de los puestos a personas con discapacidad (siempre para un porcentaje de discapacidad acreditada igual o superior al 33%).

No todo son malas noticias. Tras el bache que supuso en términos de creación de empleo para personas con discapacidad intelectual la primera etapa de la pandemia, la percepción de la Directora de la Oficina de Empleo de A LA PAR, Fundajobs, Elena Rincón, es que la recuperación de la oferta crece y se consolida a buen ritmo: “superado el segundo trimestre de 2021, en Fundajobs estamos a punto de rebasar el número de inserciones logrado durante todo el año 2020” La oferta de empleo remonta aunque la fuerte temporalidad y la calidad de los puestos que impuso la pandemia continúa pesando. “Por ello, hay que felicitar a esos empresarios valientes que se acercan a nuestras oficinas con la intención de contratar a profesionales con discapacidad intelectual y que les ofrecen oportunidades de calidad incluso en tiempos difíciles.” Subraya Rincón que el beneficio no es solo para estas personas, ni siquiera únicamente para las plantillas de estas empresas : “el beneficio termina repercutiendo en toda la comunidad que al tiempo que crece en diversidad, se hace más productiva, menos dependiente. Hay que animar a que cunda el ejemplo y que cada vez sean más las empresas que se animen a incorporar a profesionales con discapacidad intelectual en sus entornos de trabajo. ”